Una máquina del tiempo en el corazón de la ciudad

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museo indocubanoEmplazado en el corazón de la ciudad nuestra, el Museo Indocubano Baní representa no solo el espacio que envuelve al visitante en un salto temporal hasta la huella de las culturas aborígenes del Caribe insular, sino también el sitio que su colectivo siente como su propia casa. A propósito de sus 54 años de fundado, a los que arriban este 28 de noviembre, conversé con Analí Martínez Velis, su directora, sobre lo que representa estar al frente de una institución tal magnitud, y me reveló sonriendo: “La respuesta a todo es amor”.

Esta joven directora, graduada como instructora de arte y licenciada en estudios socioculturales, llegó a la institución como una investigadora más, según refiere, con su agenda bajo el brazo y quedó marcada por la unidad y experiencia del colectivo.

Una vez que asumió la dirección la superación profesional ha sido una de sus principales metas, junto al amor a la identidad del pueblo banense, recogida en el museo que protege, conserva, promueve y documenta.

Durante estos años, muchos han sido los logros de esa institución en cada una de las áreas de resultados clave, como el fomento de varios proyectos de investigación. El inmueble pasó, además, por un proceso de restauración, lo que ha facilitado el ambiente laboral y del público visitante.

Con una colección de obligada referencia en el mundo cuando se habla de cultura aborigen, el Museo Indocubano, en vísperas de su aniversario 54, cuenta con un colectivo comprometido con la cultura banense.

Ha sido un año de amplias proyecciones de trabajo, donde las relaciones de horizontalidad con el resto de las instituciones culturales del municipio se han estrechado. Así mismo, la participación y excelentes resultados en diversos eventos de investigación, como el Simposio de Historia Local y la Jornada Nacional de Arqueología, visualizan el trabajo que se viene realizando en el inmueble.

El aniversario 54 llega con afortunados resultados, pero también con limitaciones para ambiciosas proyecciones de trabajo que impactarán en el futuro del inmueble. El incremento de la promoción es una de ellas, porque la institución no cuenta con acceso a internet, elemento que limita el alcance de esta joya patrimonial, la divulgación a través de una página web, por ejemplo, sería un primer paso en esta gestión.

“Ha sido todo un reto, pero he visto los sueños que una vez proyecté cumplirse de a poco, cobrar forma”.

Con esas palabras y su mirada fresca, Analí, junto al colectivo que la fortalece, son reflejo de lo que se proyecta, son garantía de que próximos aniversarios serán de mayor trascendencia, de que continuar trabajando es la tarea, es el amor el que los mueve y el deseo de conservar el patrimonio para las próximas generaciones.